No me enamoraré de un egoísta

Aohara es un mestizo de ojos azules que disfruta cada día de su sexualidad en el paraíso de Hawái, aunque siempre como el activo de la relación. Todo cambia cuando conoce a Masaki, quien siente un flechazo por él nada más verlo. No habría problema si no fuera porque al pelinegro le interesa demasiado su culo. Aohara se resiste hasta que, un día, él mismo le planta un morreo! Masaki no desaprovechará esta oportunidad para besar cada centímetro de su piel. Está seguro de que Aohara descubrirá un nuevo mundo de placer… por la puerta de atrás!

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